
El objetivo fundamental debe ser la eficiencia energética
Javier García Breva
La eficiencia energética es la forma más rentable de bajar las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir nuestra alta dependencia de las importaciones de combustibles fósiles, que en el caso español representa en torno al 4% del PIB anual. Y España tiene un altísimo potencial de ahorro de energía: podemos ahorrar en torno a la mitad de la energía que consumimos, en especial en los sectores del transporte y la edificación.
Hay mercado de eficiencia energética. Ahora es preciso crear demanda de proyectos de eficiencia energética y productos financieros específicos a través de la colaboración público-privada con las entidades financieras para la utilización de fondos europeos.
El escenario que va a cambiar el modelo energético en nuestro país está en las ciudades. Rubí es un buen ejemplo de lo que un ayuntamiento puede hacer para mejorar la eficiencia energética en múltiples ámbitos: sector industrial, comercial, urbanismo, coche eléctrico, movilidad, hogares y equipamientos públicos. En Rubí se puede ver lo que es un proyecto integral de eficiencia energética. Zaragoza es otra ciudad donde se está poniendo en práctica la rehabilitación energética de edificios desde hace veinte años con un concepto innovador de ciudad sostenible.
La demanda de rehabilitación energética habrá de formarse de abajo arriba, aprovechando el potencial energético local. Son muchos los instrumentos que desde la política regional y municipal pueden contribuir a ello, como las ordenanzas fiscales, las ordenanzas de edificación, los planes de ordenación territorial y municipal, simplificación administrativa, créditos blandos y garantías para las comunidades de propietarios. Son poderosas herramientas que con buenas dosis de consenso pueden contribuir a modificar la cultura energética de nuestras ciudades, mejorar la cohesión social y reducir los costes energéticos.
La caída del precio del petróleo no debe hacernos olvidar el problema de la dependencia energética. Responder con más consumo de combustibles fósiles en edificios y transporte es abonarse a una futura crisis cuando los precios vuelvan a subir. Los bajos precios del crudo deberían ser el incentivo para recuperar la inversión en nuestra economía a través de estímulos a la demanda de rehabilitación energética de viviendas, edificios y ciudades. Esta sería la mejor respuesta para reactivar el empleo, el consumo y garantizar la seguridad energética del país.
Javier García Breva, expert en polítiques energètiques i president de l'N2E.
Comentaris

Joan Galve
L'objectiu de l'eficiència energètica té un error de partida. Si jo faig inversió en disminuir el consum energètic, però no em compensa econòmicament, no la faré. Aquest és l'error.
El sistema tarifari està disenyat per a amortitzar inversions i compromisos passats. Davant la crisi, tant empreses com particulars han reduit el seu consum buscant abaratir a factura. Aquesta reducció de la part variable i disminució d'ingresos per part de l'estat s'ha vist contrarrestada per la pujada de la part fixa del rebut energètic. La part fixa són taxes, peatges i impostos.
Tal i com està ara el sistema tarifari, l'eficiència energètica és una utopia.