Abandono de la calle Xile

Juan F. Caturla

Hace más de 50 años, unos maestros de Zamora recalaron en Rubí acompañando a la inmigración que en esos años enriquecía Cataluña. Este matrimonio de maestros de escuela fundaron su colegio en la calle Xile, calle pequeña y llena de palacetes como el Ateneu Municipal, y le pusieron por nombre 'Col·legi Balmes'.

Durante estos 50 años, el Col·legi Balmes se ha volcado de una forma muy especial en la enseñanza de sus alumnos, la mayoría hijos de esos inmigrantes de los años 60. Yo también he sido acogido por Cataluña, vengo de Alicante y mis hijas son alumnas del 'Balmes'. Estoy muy contento con el colegio pero me he decidido a escribir con el objetivo denunciar las pésimas condiciones que tiene la pequeña calle Xile para albergar un colegio.

Las aceras son tremendamente estrechas y en mal estado, hay coches aparcados y la mayoría de padres y alumnos caminamos por en medio de la calle junto con la circulación vial de coches. Los sucesivos equipos de gobierno que se han hecho cargo del Ayuntamiento de Rubí parecen tener algo en contra del colegio porque en estos 50 años, ni tan solo por probabilidad casual, se han hecho cargo de las mejoras de la calle que sigue siendo infernal a las horas de entrada y salida de los alumnos.

Recientemente, el Ayuntamiento decidió arreglar 'el carrer Nou' perpendicular a la calle Xile y todos los padres del colegio nos ilusionamos enormemente pensando que por fin le había llegado la hora al Balmes. Las obras terminaron, los albañiles se fueron y la calle Xile, que repito es muy corta, quedó exactamente igual.

No sé si debemos esperar otros 50 años para que por fin el Ayuntamiento se dé cuenta de que se trata de una calle escolar, de que es necesario ampliar las aceras y quitar el poco aparcamiento que aloja la calle para poder caminar con una mínima normalidad y decencia.

Este texto no es más que una petición desesperada para que por fin se tenga mínimamente en cuenta al colegio Balmes y se arregle la calle Xile para no tener que ir tropezando entre coches y bordillos irregulares a la entrada del colegio. Si algún responsable del Ayuntamiento toma esto en consideración, los padres del Balmes quedaremos eternamente agradecidos.

Juan F. Caturla