
El ruiseñor y la democracia
José Segura
Hans Cristian Andersen, dentro de su producción literaria, escribió un cuento titulado El Ruiseñor, cuento que les recomiendo su lectura a los niños, pero puesto al día. En resumen se trata de un emperador chino que en los preciosos jardines de su palacio había un ruiseñor con un canto exquisito, tanto le gustaba al emperador que se lo hizo traer a palacio. Pero el ruiseñor -que era muy suyo- solo cantaba cuando le apetecía y lo que le parecía más apropiado. Al emperador esta actitud no le gustó y se hizo construir un ruiseñor mecánico para que cantase lo que el emperador quería oír y cuando él dijese.
En fin, el cuento sigue. Pero, por un momento, imaginemos la similitud del ruiseñor con la situación socio-política actual; listas cerradas, disciplina de voto, Ley de Seguridad Ciudadana (mordaza), regulación penal del enaltecimiento del terrorismo, tuits de Cassandra, plenos municipales con sonido cortado al preguntar el público asistente, tránsfugas, cargos públicos nombrados a dedo y al servicio del "emperador/a", manipulación de algunos medios de comunicación y un largo etc. Aparentemente las situaciones descritas están muy lejos unas de otras, no es lo mismo el Congreso de los Diputados que un Pleno Municipal, pero todas tienen un denominador común, y es la evidente falta de interés de la inmensa mayoría de la clase política en respetar la democracia de base y el excesivo celo en mantener el poder a toda costa. Recientemente un nuevo amigo, del que no citaré el nombre para no comprometerlo, pero si diré que es un olotense orgulloso de serlo, me decía que es una barbaridad pensar que todos los políticos son corruptos, tenía razón, pero corrupción al margen, si a todos ellos les aplicase "estrictu sensu" los arts. 404 y ss. del código Penal, relativos a la prevaricación, muy pocos se salvarían de la inhabilitación.
A pesar de que el cuento fue escrito por Andersen en 1843, hace 174 años, parece que en un viaje en el tiempo vio la situación actual, aunque, es posible, que entonces ya fuese parecida. Con lo cual llegamos a la conclusión de que la historia, no es que se repita, sino que, sencillamente, no cambia. Y. eso, evidentemente, no es democracia, tiene otro nombre.
José Segura
Comentaris

Pepeluis
Sí señor, la historia no cambia, se repite día a día y año tras año. El respeto de los que mandan hacia los mandados es muy poco, aunque de boca hacia fuera se les llena la boca de presunto respeto y de llamar a ésta pantomima "DEMOCRACIA".
Se podría escribir mucho más de como manipulan, tergiversan, mienten y dicen cosas que saben de sobra que son mentira. Pero como tenemos lo que tenemos, pues a jorobarnos toca. ¡Que pena!