Para este viaje no hacían falta alforjas

José Segura

Este pasado jueves ha asomado como noticia política del día la intención de la formación Unidos Podemos de presentar una moción de censura al gobierno actual del PP. Inmediatamente PSOE y Ciudadanos se desmarcan aduciendo una serie de razonamientos que, aun siendo respetables, suenan muy mal, yo diría que incluso chirrían.

Con todo lo que está pasando; casos de corrupción (Gürtel, Bankia, Punica, Lezo, ahora los Pujol y un interminable etcétera). Manipulación de los medios de comunicación, especialmente los de titularidad pública. Intentos de amordazar  la justicia en el sentido de que beneficie al poder político, y aquí, también, un largo etcétera, el actual gobierno presidido por Mariano Rajoy, no debe permanecer ni un día más en el poder.

Ser de derechas es tan legítimo y democrático como ser de izquierdas o de cualquier otra ideología política, pero, eso sí, dentro de unos criterios fundamentales, que no son otros que la defensa de las libertades y de los temas sociales (sanidad, educación, cultura, etc.) y es eso precisamente lo que ésta derecha, el PP, no está dispuesta a asumir.

Hay una reflexión sobre el  intento de manipulación de la Justicia, se trata de varias proposiciones de reformas legislativas. Habida cuenta del excesivo alargamiento de la instrucción de los sumarios en temas de corrupción que tiene como consecuencia el debilitamiento de lo que podría ser una sentencia adecuada, el actual gobierno quiere modificar la Ley de Enjuiciamiento Criminal con el objeto de limitar el tiempo de la instrucción, pero paralelamente no está dispuesto a dotar al sistema judicial de los medios adecuados para instruir los procedimiento en un tiempo breve y con todas las garantías de que la Ley se aplique correctamente. Además pretende que el proceso lo instruyan los fiscales puenteando a los jueces. Con lo cual si tenemos en cuenta quien nombre al Fiscal General del Estado quedan pocas dudas de sus intenciones.

Sólo estos dos intentos ilustran los burdos y poco ejemplares movimientos del partido en el gobierno (el PP), para evitar el procesamiento y la sentencia, sin duda, condenatoria, que muchos de los actuales políticos merecen por su comportamiento. Esto, que es la anulación en toda regla de la separación de poderes, es gravísimo para que la democracia siga avanzando y consolidándose.

Con la rotunda negativa de PSOE y Ciudadanos, amén de otras formaciones, a la moción de censura, se está dando el espaldarazo, digan lo que digan, a los presuntos desmanes de ciertos sectores del PP. Dice el Código Penal que se delinque por acción o por omisión, está claro que la acción la pone el PP y la omisión el PSOE y Ciudadanos. A estos últimos se les podría calificar como cooperados necesarios en la comisión de determinados delitos relacionados con la corrupción económica y política.

Una de las trabas de la moción de censura es que, según la CE de 1978,  debe ser constructiva, es decir la propia moción debe incluir a la persona que en su caso debería ser el nuevo Presidente del Gobierno. A mí, como ciudadano, me da exactamente igual quien sea, cualquiera lo haría mejor que Rajoy, o, como mínimo, no lo haría peor, ya que es del todo imposible.

No obstante y a pesar de todo lo anterior, realmente los únicos culpables somos nosotros, El Pueblo, por haberles votado y seguir haciéndolo. Hay que pensar detenidamente qué se vota y a quién se vota, de lo contrario pasa lo que pasa.

En fin, que si esto no cambia habrá que parafrasear lo que decía aquel "... para este viaje no hacían falta alforjas...."

José Segura